Después de completar la sesión matinal de la última jornada de test de pretemporada en Bahrein y cuando él mismo había dado por finalizadas sus pruebas, Fernando Alonso apareció de forma inesperada en el garaje de Aston Martin para ponerse a los mandos del AMR25 a falta de una hora para el final de los test.
En un principio, el equipo tenía planeado hacer la sesión de la mañana con Stroll y la tarde con Alonso, pero debido a un «malestar» del piloto canadiense tuvieron que cambiar la hoja de ruta y el español fue quien se colocó al volante a primera hora de la mañana en Sakhir, mientras que su compañero le relevó horas más tarde cuando ya se sentía mejor. Sin embargo, Lance volvió a sentirse mal una vez salió al asfalto y el asturiano tuvo que ponerse de nuevo el casco para completar el trabajo del equipo.
Así lo explicó la escudería de Silverstone a través de un comunicado: «Después de salir a la pista con el coche hoy, Lance se encontró mal. Fernando terminará la prueba hoy».
Debido a este inconveniente del canadiense, Alonso pudo probar su nuevo monoplaza en unas condiciones mucho más reales respecto a lo que se encontrará dentro de unas semanas en el Gran Premio de Bahrein, ya que hasta la fecha sólo había rodado con el AMR25 en las tres sesiones matinales.
Antes de verse sorprendido por la petición de su equipo para volver al volante del Aston Martin, Alonso reconoció que estaba satisfecho con las pruebas, pero que todavía veía «aspectos negativos» en el monoplaza, por lo que habría agradecido más tiempo de pruebas.
Paradójicamente, poco después de decir esas palabras tuvo la suerte de poder volver a pilotar el AMR25 y trabajar en la que posiblemente sea una de las horas más importantes de cada pretemporada, ya que una vez que se ondee la bandera a cuadros, la próxima cita ya será con la FP1 del GP de Australia que abrirá la temporada 2025 de la Fórmula 1.
Vía – Motorsport.com