“Nadie está por encima de Ferrari” es una consigna que todo mandatario de ‘Il Cavaillino Rampante’ ha llevado a rajatabla, y que incluso Mattia Binotto ya tuvo que repetir durante su liderazgo al tener que lidiar con los desencuentros entre Charles Leclerc y Carlos Sainz.
Bronca de Charles Leclerc
El monegasco es un animal competitivo que tanto con Vettel como con Sainz ha dado muestras de que no lleva bien que le superen. Actitud que se repite en potenciales campeones que si bien no tiene por qué ser necesariamente negativa, lleva al límite al equipo.
Charles Leclerc mostró un monumental enfado al término de Gran Premio de Las Vegas en el que Carlos Sainz clasificó por delante y terminó en carrera por delante tras adelantarle en pista. Con la poco creíble excusa de que no sabía que la radio estaba abierta, soltó verdaderos improperios, afirmando también que estaba cansado de ser el chico bueno.
Solo Ferrari sabe lo que se habló de puertas para adentro, pero a Carlos no se le dio ninguna instrucción para que dejara adelantar a Charles Leclerc en la parte final de carrera. Fue Bryan Bozzi, ingeniero de carrera del monegasco, que le dijo de manera errónea a su piloto que a Sainz se le había dicho que no le adelantara, pero Carlos nunca recibió esa orden.
Lo primero, porque a Ferrari le importa la lucha por el título de constructores, e invertir el orden de pilotos no ayudaba nada en este objetivo. Lo segundo, porque Ferrari no lucha por subcampeonatos, que es lo que Charles Leclerc estaría reclamando, al estar cerca de Lando Norris.
La hipotética lucha por el subcampeonato
El británico aventaja a Charles Leclerc en 21 puntos en la clasificación general a falta de dos carreras. Si Sainz hubiera dejado pasar a Leclerc, la diferencia sería de 18 puntos. Pedirle a un piloto que renuncie a un podio para que otro esté a 18 puntos del subcampeonato en lugar de a 21, es simplemente una petición indigna de Ferrari.
Aunque se está repitiendo insistentemente que Carlos Sainz desobedeció a Ferrari, no es cierto. Todo lo contrario. A Carlos se le pidió que intercambiara posiciones en la curva 26, a lo que obedeció, si bien a Leclerc no le gustó el sitio elegido por el español, ya que por radio afirmó “Joder, joder. Él tiene que saber que estoy matando mis neumáticos con eso. Jodido idiota.”
La carrera avanzó, incluyendo la parada interrumpida para Sainz que le costó valioso tiempo. Carlos paró antes de que Leclerc, y el equipo calculó para que, en el momento que el monegasco parase, saliese por delante de Sainz, y además con neumáticos más nuevos.
«No le pongas bajo presión»
Y aunque los números salían para los estrategas de Ferrari, no tuvieron en cuenta lo lenta que podía ser la primera vuelta en pista, con unos neumáticos muy fríos. Y así pasó. Charles iba realmente despacio cuando Sainz lo atrapó. A Sainz se le dijo concretamente “No lo pongas bajo presión”, algo que no hizo, ya que llegó y adelantó sin ningún esfuerzo.
El ingeniero de Leclerc informó erróneamente a su piloto de que Sainz había sido instruido a no adelantar, a lo que Charles Leclerc contestó con el “probad a decírselo en español”.
Las vueltas continuaron hasta la bandera a cuadros, finalizando Leclerc a algo más de dos segundos de Sainz, y preguntado, como sorprendido, si la carrera había finalizado. Momento que le contestó a su ingeniero de forma poco amable.
“Sí, lo que quieras, como siempre. Sí sí sí, hice mi trabajo pero me jode siempre ser el bueno, el respetuoso. Sé que tengo que callarme, pero siempre es lo mismo, por dios. Di lo que quieras… oh, mierda, la radio está encendido, Lo siento.”, finalizó Charles Leclerc.
Vía – caranddriver.com