Sebastian Vettel comenzó la temporada 2020 con un fin de semana realmente complicado, con un ritmo discreto y sufriendo problemas para sentirse bien con el monoplaza. El cuatro veces campeón del mundo parece no tener confianza con un monoplaza que no tiene el rendimiento que le gustaría a Ferrari, pero que sirvió a Charles Leclerc para brillar con luz propia en Red Bull Ring y terminar en segunda posición.

El piloto alemán admite que el monoplaza es muy complicado de pilotar, ya que no cuenta con estabilidad en las frenadas y eso le resta mucha confianza a la hora de intentar sacarle potencial al chasis. Por ello, trabajará junto a su equipo para intentar entender qué ha ocurrido en Austria para que el monoplaza cambiara tanto su rendimiento de los libres del viernes a la clasificación y carrera.

“Carrera muy difícil, el coche era muy difícil de conducir. La estabilidad del coche en las frenadas era muy pobre, sobre todo en la parte trasera. No parece el mismo coche que teníamos hace dos días. Tenemos que entender lo que ha sucedido desde ayer hasta hoy, porque hoy era difícil conducir el coche. He hecho lo mejor que he podido y el Safety Car nos ha ayudado un poco. La parte final de la carrera ha sido divertida, pero el resultado no es el que quería”, comenta Sebastian Vettel.

Vía – thebestf1.es