Los problemas de fiabilidad están condenando a los clientes de los franceses.

El cambio de Honda a Renault fue un soplo de aire fresco en Woking. McLaren consiguió cambiar una tendencia excesivamente negativa con Honda. Una relación que debido a las urgencias de ambos, se volvió excesivamente tóxica sin que ninguna de las dos partes fuese necesariamente más culpable de la otra.

Con el motorista francés, McLaren mejoró sus resultados, especialmente a comienzo de temporada. Sin embargo, las alegrías finalizaron en ese punto, pues la unidad de potencia francesa nunca logró evolucionar como para ser un verdadero incordio para Mercedes y Ferrari, y solo en manos de Red Bull conseguía cierta competitividad.

Para 2019, Renault confió en una completa remodelación de su motor con los que finalmente esperaban tener tanto la potencia como la fiabilidad de sus rivales más directos, una nueva unidad de potencia que además tuviese cierto potencial para evolucionar. Y no.

Tanto el equipo McLaren como el equipo Renault han sobrepasado el límite de componentes a usar durante toda la temporada a pesar de que apenas se ha llegado al ecuador de la misma. Cierto es que Honda no está en una situación excesivamente mejor, pero a nadie escapa que los cambios de componentes del fabricante japonés han sido mayoritariamente por montar evoluciones, y no han sufrido visibles roturas en carrera.

McLaren ya sufrió dolorosos contratiempos en Australia, Bahréin o China. Tras Mónaco, cuando Renault aseguró haber descubierto el origen de todos sus males, parecía que la situación se había normalizado, pero el pasado inmediato ha demostrado que no, tanto en el equipo de fábrica, como en la propia McLaren.

Y es que no pudo haber escenario más doloroso para el fabricante británico, que perdió a uno de sus pilotos, el cual salía sancionado precisamente por cambiar componentes, en la primera vuelta, y al segundo piloto, cuando estaba realizando una carrera increíble que iba a dar al equipo el tercer quinto puesto de forma consecutiva, en la última vuelta de carrera.

Por cuarta vez en la temporada, McLaren se va con un cero de un Gran Premio, y el panorama no parece esperanzador de cara a Monza. Los británicos han sido tremendamente respetuosos con su motorista, pero la paciencia comienza a agotarse, y ya tras la carrera a Lando Norris le costó morderse la lengua, e insinuó que la situación comienza a desesperar.

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Abiteboul, que acostumbraba a hablar de los contratiempos que sufrían tanto ellos como sus equipos cliente, hace tiempo que guarda silencio. El departamento de motores, asentado en Francia, en Viry-Châtillon, ha incorporado mucho personal en los últimos años, pero los resultados siguen sin esperar, y no se aprecia la evolución que sin embargo sí parece haber experimentado Honda, o especialmente Ferrari, del que muchos aseguran que ha superado a Mercedes, además de que estos dos últimos rozan la perfección en términos de fiabilidad.

En la sexta temporada de motores híbridos, cuando se esperaba que la diferencia entre los fabricantes fuera mínima, muy parecida a la última generación de motores de combustión, las diferencias siguen tan abultadas como en 2014. Y los clientes, frustrados.

Vía – caranddriver.es