Hacer historia. Ese es el objetivo de Fernando Alonso en el automovilismo. El asturiano quiere alcanzar el mayor hito de las cuatro ruedas, el desafío que únicamente posee un piloto, Graham Hill: la ‘Triple Corona’. El extrovertido bigotudo ganó la F1 (dos veces), las 24 horas de Le Mans, la Indy, 500, el GP de Mónaco (seis veces) y es uno de los grandes símbolos y héroes de las carreras. Hill es el espejo en el que se mira a Alonso que podría pronto compartir trono en esa leyenda de arrojo, valentía y cumplimiento de retos.

Por eso el asturiano, que abandona la F1 tras Abu Dhabi, regresa a Indianápolis en 2019 y no lo hará en una fecha cualquiera. La casualidad, el destino o vaya usted a saber qué hará que la edición 103ª de esta mítica cita encuadrada dentro del calendario de la IndyCar se celebre el 26 de mayo. Ese mismo día, pero de 1974 Johnny Rutherford hacía historia con McLaren ya que le otorgaba la primera victoria como equipo oficial a los de Woking del fallecido ya fundador Bruce McLaren.

Alonso correrá esta vez, como anunciaron ayer, con un equipo montado y dirigido por McLaren a diferencia de su primera experiencia en 2017 cuando Andretti Racing se encargó de dirigir el plan y poner coche y mecánicos. Ese día habrá GP de Mónaco y la cita de Charlotte de la Nascar y ninguna tendrá a Alonso en la pista. Los focos ese día del automovilismo estarán dirigidos al Indianapolis Motor Speedway: la historia espera.

[Fuente: AS.com]