- En 1996, el Centro de Producción de Vigo fue el epicentro de un momento clave en la historia del automóvil: la industrialización de los Peugeot Partner y Citroën Berlingo, dos modelos que llevan un cuarto de siglo abriendo camino en el universo de los vehículos comerciales y polivalentes.
- Diseñados como vehículos totalmente independientes y no como derivados de un turismo, el Peugeot Partner y el Citroën Berlingo ofrecen desde 1996 la fiabilidad, la polivalencia y la capacidad de carga de que necesitan profesionales y familias con las prestaciones, la tecnología y el confort de un automóvil de gama media.
- Mucho han evolucionado los vehículos comerciales en los últimos 25 años. A los Peugeot Partner y Citroën Berlingo se les han sumado el Peugeot Rifter y el Opel Combo en las líneas de producción viguesas. Todos ellos cuentan con versiones 100% eléctricas y con las funciones de ayuda a la conducción más avanzadas.
En la historia, los cambios revolucionarios siguen un patrón similar: en su primera etapa, cambian paradigmas, rompen con verdades que se consideran inmutables y establecen nuevos códigos, que pasan a ser la nueva referencia, lo “normal”. Una definición que encaja como anillo al dedo con lo que han supuesto el Peugeot Partner y el Citroën Berlingo en la historia de los vehículos comerciales. La primera generación de ambos modelos, lanzada en 1996, marcó un antes y un después al ser el primer vehículo comercial de su segmento en ser diseñado como un modelo independiente y no como un derivado de un turismo.
Hace 25 años, lanzar vehículos comerciales con elementos tan habituales en nuestros días como un espacio de carga perfectamente integrado en la línea de la carrocería, aire acondicionado, ABS, airbags, y motores de última generación supuso un cambio de época. No hay que olvidar que, en aquellos tiempos, las calles estaban llenas de furgonetas que no eran más que un turismo, con un acabado espartano y una motorización básica, al que se le había adosado una zona más o menos grande en la parte trasera para transportar mercancías.
Considerar los vehículos comerciales como meros derivados de un turismo era la política estándar de todas las marcas. Citroën había seguido esta estrategia con la Furgoneta 2 CV (1951-78), el Acadiane (1978-87), derivado del Dyane 6, y el C-15 (1984-2005), derivado del Visa. Sin embargo, Los profesionales, que utilizaban estos vehículos como herramienta de trabajo y también, en gran medida, como automóvil familiar los fines de semana, se merecían un producto específico.
De esta reflexión surgieron el Peugeot Partner y el Citroën Berlingo, que aportaron aire fresco a este mercado. Su propuesta: un estilo homogéneo e innovador con formas fluidas y aerodinámicas, en las que se funden el puesto de conducción con el espacio de carga, en la versión furgón, o con el área reservada a los pasajeros, en la versión combi. Fue una revolución que se convirtió en el nuevo paradigma del mercado.
El Centro de Producción de Vigo fue el epicentro de este cambio. En la década de los 90, la planta gallega vivió el lanzamiento de un gran número de modelos con un gran éxito comercial. Al mismo tiempo, se produjo un gran incremento de la flexibilidad industrial y de la capacidad productiva, con la introducción de nuevas técnicas de trabajo como el aprovisionamiento “just in time”, que implicaron una mayor coordinación con el entramado de empresas proveedoras que estaba surgiendo con fuerza alrededor del Centro. Fueron años de fuerte impulso tecnológico. En cinco años, la planta se dotó de la última tecnología: la robótica pasó a dominar los procesos, asegurando el crecimiento y la flexibilidad. Se ampliaron y modernizaron instalaciones, con la construcción de un nuevo taller de ensamblado de carrocerías, que aumentó considerablemente la capacidad de las líneas.
Con la primera generación de los Peugeot Partner y Citroën Berlingo, un año después de su lanzamiento y a consecuencia de su éxito en el mercado, en 1997 se implantó en la fábrica de Vigo el turno de noche. Era la primera vez que se fabricaba de noche en una planta del Grupo (denominado entonces PSA).
En 2002, seis años después de su llegada al mercado, el Peugeot Partner y el Citroën Berlingo se sometieron a su primera cura de rejuvenecimiento, que no sólo afectó a su diseño sino también a sus equipamientos de confort y ayuda a la conducción, gracias a la llegada del multiplexado. Llegaron funciones novedosas como el cierre automático de las puertas cuando se superan los 10 Km/h, los limpiaparabrisas automáticos, que ajustan su funcionamiento a la velocidad del vehículo, el encendido de las luces hasta un minuto después de cortar el contacto… En el apartado estético, se dieron los primeros pasos para acercarse al mundo de los SUV y los 4×4.
Cambios de mayor calado llegarían en 2008 con una revisión a fondo del concepto, sin olvidar los puntos fuertes que han sido determinantes en el éxito comercial del Peugeot Partner y el Citroën Berlingo. Ambos modelos ganaron 24 cm de largo, 12 cm de ancho y 3,5 cm de distancia entre ejes. Estas nuevas dimensiones llevaron su volumen de carga hasta los 3,3 m3, que permiten transportar, sin problemas, dos europalets. En el apartado técnico, se mejoraron las prestaciones con la llegada de nuevos ejes y suspensiones. Equipamientos no del todo generalizados en aquel entonces en los turismos, como el ABS con ayuda a la frenada de emergencia, pasan a ser de serie. Cuatro años después, el volumen de carga máximo se extendería hasta los 4,4 m3 con el lanzamiento de sendas versiones largas.
La familia crece
En 2018, coincidiendo con su 60 aniversario, el Centro de Vigo asumió el reto de fabricar una nueva generación de vehículos comerciales y polivalentes, destinada a revolucionar las prestaciones, el equipamiento tecnológico y las formas de utilizar este tipo de automóviles. Esta nueva generación incluye propuestas que buscan ser una herramienta de trabajo útil y fiable para todo tipo de profesionales y versiones pensadas para disfrutar al máximo del ocio, gracias a una modularidad digna de un monovolumen y un espacio interior propio de un SUV. Además, impone una nueva visión de la movilidad eléctrica en este segmento.
Los últimos meses han puesto de manifiesto la importancia de los vehículos comerciales para asegurar la distribución y entrega de todo tipo de productos, tanto en ciudades como en ámbitos rurales. Asimismo, ha crecido la afición por las actividades de ocio al aire libre, que necesitan de vehículos polivalentes, confortables y espaciosos. Stellantis responde a sendas necesidades de un modo sostenible con el lanzamiento de una nueva generación de vehículos comerciales y polivalentes 100% eléctricos, producidos en Vigo. Formada por los Peugeot e-Partner y e Rifter, los Citroën ë-Berlingo y ë-Berlingo Van y los Opel Combo-e Life y Combo-e Cargo, ofrece una solución “cero emisiones” que se suma a los furgones de tamaño medio y grande y los monovolúmenes eléctricos, que acaban de iniciar su andadura comercial.
La nueva generación de vehículos comerciales y polivalentes de Stellantis incorpora, en sus versiones 100% eléctricas, una batería de iones de litio de 18 módulos refrigerada con agua, que ofrece una capacidad de 50 kWh.
Estas características permiten desarrollar 136 CV / 100 kW de potencia y una autonomía de hasta 280 km, según el protocolo de homologación WLTP. Dispone de dos tipos de cargadores integrados que responden a cualquier uso y abarcan todas las soluciones de recarga. Cuentan de serie con un cargador monofásico de 7,4 kW y uno opcional trifásico de 11 kW. La toma de carga, situada en la aleta trasera izquierda, permite la recarga de varias formas: desde una toma estándar, una toma reforzada o mediante una estación de carga e incluso en un cargador rápido.
Además de las innovaciones tecnológicas en el interior de los vehículos, que pueden contar con las funciones de ayuda a la conducción y conectividad más avanzadas, la producción de estos modelos ha requerido plantear una revisión a fondo del dispositivo industrial, en el que se han incorporado elementos que anticipan lo que será la Fábrica 4.0. Así, se ha implantado un sistema de almacenamiento automático en las líneas de prensas, el control geométrico de calidad por visión artificial, robots colaborativos (cobots), y el sistema de distribución de piezas y componentes en la línea de montaje Full Kitting, asegurado por vehículos autoguiados AGV, que agiliza las operaciones de ensamblado. Además, también se ha trabajado la logística, con nuevos modos de automatización del aprovisionamiento.
El desarrollo de este proyecto ha exigido una estrecha colaboración con las empresas proveedoras, que participaron en este lanzamiento desde las fases más tempranas. Casi el 60% de los componentes que equipan a los nuevos modelos provienen de empresas implantadas en la Península Ibérica.
Las baterías se ensamblan en el Taller de Baterías, implantado sobre una superficie de 3.500 m2. Cuenta con 150 empleados y tiene un potencial de 20 baterías/hora. Estos dispositivos entran en la cadena de producción en la línea de motores, para su montaje junto a los elementos mecánicos.
El proyecto de industrialización del vehículo eléctrico en el Centro de Vigo de Stellantis cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia a través del Instituto Gallego de Innovación (GAIN).