Si eres de los que cuidan su coche, no debes olvidarte de uno de sus elementos fundamentales: los cristales. El buen estado de las lunas de tu vehículo es muy importante para la seguridad de tu coche. Uno de los factores que puede influir en el buen mantenimiento de los cristales es el aire acondicionado.
Los cambios de temperatura que tienen lugar en estaciones como el invierno o el verano suelen afectar a los cristales del coche. La razón es que una diferencia de grados de temperatura entre el exterior y el interior del vehículo puede deteriorar las lunas hasta el punto de provocar alguna grieta. Esto te obligará a acudir a tu taller de confianza y sustituir alguna de las lunas del coche.
Un riesgo para los cristales
Una grieta en el parabrisas de nuestro coche puede propagarse y convertirse en un gran peligro debido a que el cristal se puede romper en cualquier momento. Esa gran diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del vehículo puede hacer que el cristal se rompa mucho más rápido.
En verano, cuando hace mucho calor fuera del vehículo y frío dentro del mismo debido al aire acondicionado, hay que tener mucho cuidado con los cristales. También ocurre lo mismo en invierno, cuando se activa el aire caliente y fuera del vehículo las temperaturas están bajo cero.
Uno de los consejos para evitar los daños en el parabrisas es nunca dirigir el chorro de aire directamente al cristal. No solo con el aire frío sino también con el caliente. Lo más adecuado es dirigir el aire desde todos los puntos al centro del coche para que la temperatura se vaya repartiendo.
También es importante tener cuidado con la velocidad y fuerza con la que sale el aire en el interior del coche. Hay que tener en cuenta que siempre a mayor velocidad, más riesgo de rotura tendrán los cristales del vehículo. Lo más prudente es optar por una velocidad media que no pueda dañar los cristales del coche.
Cristales empañados
En invierno cuando descienden por la noche las temperaturas, nos podemos encontrar con problemas como que el coche no arranque a la primera o que los cristales estén empañados. Hay que tener un poco de paciencia e intentar solucionar estos dos problemas lo antes posible. También, es importante en invierno retirar la nieve o el hielo de los cristales antes de poner la calefacción en el vehículo. Con esta sencilla acción evitaremos esa gran diferencia de temperatura entre el exterior y el interior del coche.
Para desempañar los cristales del coche una de las técnicas más eficaces y sencillas es encender la calefacción y accionar el ventilador a la máxima potencia. Recuerda que las rejillas no deben nunca apuntar directamente al cristal. También se puede hacer con el aire acondicionado pero el proceso será mucho más lento. Incluso se puede combinar el aire caliente y el frío, pero teniendo la precaución de no utilizar la opción de recirculación.
Si el coche tiene incorporada la opción de climatizador se puede presionar el botón específico para desempañar las lunas y esperar a que se haga de forma automática. Para que esta incómoda situación no vuelva a ocurrir, es importante mantener una temperatura adecuada en el interior del coche que debería estar entre los 18 y 19 grados. Esta temperatura nunca debe ser superior a 20 grados ya que podría afectar a la comodidad del conductor y de las personas que vayan en el vehículo.
En verano, si hemos dejado el coche demasiado tiempo aparcado al sol, lo mejor es bajar las ventanillas o abrir el maletero un momento antes de poner en marcha el aire acondicionado. Es mejor esperar unos minutos antes de entrar en el coche y activar el aire acondicionado. Un método práctico para evitar ese cambio brusco de temperatura que puede perjudicar a los cristales del coche.