Los prototipos T1,1 y T1.2 no son los únicos protagonistas del Rally Dakar. Como se comentó en el artículo acerca del Toyota Hilux V8 4×4, además del motor, el chasis es una de las grandes diferencias entre la producción y la competición junto a las suspensiones, por lo que es en los terrenos más complejos donde se puede apreciar el salto evolutivo que se vive en una disposición 100% de carreras. Si nos alejamos un poco de las pick-ups de los hombres de Glyn Hall podemos apreciar que esta situación también se vive en otros prototipos, tal y como es el caso del SsangYong Korando DKR preparado por SodiCars.
Este T1.3 (el MINI JCW Buggy de Carlos Sainz es T1.4 por ser diésel) se espera que sea el paso adelante que buscaban Óscar Fuertes y Diego Vallejo. Un paso adelante no solo buscando rendimiento, sino también fiabilidad. Sí, ya no será una concepción de buggy tradicional, abandonando la configuración 4×2 y centrándose en el gran trabajo realizado por los franceses durante los últimos años. No es de extrañar que gran parte de la armada española que este año se ha decidido a volver a repetir en coches haya decidido confiar en ellos no solo para las unidades, también para el trabajo en el vivac.
Después de haber mostrado otra imagen en años anteriores, la firma coreana decidía cambiar de modelo comercial para que la cuarta generación del Korando fuera absoluta protagonista de un proyecto deportivo que no solo representa a la filial española del dragón, sino que también se ha convertido en todo un emblema internacional. La gente cuando ve a los españoles surfeando dunas lo relacionan directamente con el fabricante asiático sin discriminar que estamos ante una iniciativa nacional que al igual que Mitsubishi pretende mantener viva la llama de la competición.
Más grande, más ancho y más alto que un Korando de calle:
Aunque el Korando cuenta con unas buenas aptitudes off-road que lo permiten ser una de las referencias en esta área dentro del segmento C de los Crossover. Obviamente el de competición presume con características específicas que lo llevan a ser toda un arma para los rally-raids. Las dimensiones varían significativamente con respecto a su homónimo de calle: es 350 mm más largo, 430 mm más ancho y 430 mm más alto, y la distancia entre ejes es 425 mm superior en el modelo de competición. Más estabilidad y aplomo para afrontar los terrenos más duros.
Se prescinde de cualquier lujo (aunque algunos como Carlos Sainz y Lucas Cruz deciden sacrificar unos gramos para llevar consigo una cafetera dentro del MINI que les ayude a soportar los largos enlaces). Dentro del habitáculo apenas hay sitio para piloto y copiloto, con un interior espartano en el que se prima la practicidad y en el que elementos como Terratrip, el Sentinel o el sistema de inflado de los neumáticos ocupan toda la parte del salpicadero en el que se encuentra el navegante.
Toda la potencia atrás en un proyecto con filosofía Buggy:
Cuenta con un chasis monocasco construido sobre la nueva plataforma modular de SsangYong y que cuenta con un 74% de acero de alta resistencia. El Korando DKR tiene un chasis tubular de cromo-molibdeno, sobre el que se acopla una carrocería de fibra de vidrio. En su interior monta un motor gasolina V8 de 6.2 litros en posición central longitudinal, el cual entrega una potencia de 450 CV y 550 Nm de par, y va unido a una caja de cambios de 6 velocidades con accionamiento manual-secuencial. El modelo de calle está disponible con motores de inyección directa y turbo: G15T (1.5 litros de gasolina, 163 CV y 280 Nm de par) y D16T (1.6 litros diésel, 136 CV y 300 o 324 Nm de par). Otro mundo.
Como ya se ha apuntado, la principal diferencia frente al Mitsubishi de Cristina Gutiérrez o el BV6 de Isidre Esteve es que la unidad de Óscar Fuertes y Diego Vallejo será de propulsión, mientras que sus compañeros de preparador son tracción total y están dentro de la categoría T1.2 de vehículos diésel 4×4. Aprovecha de esta forma la reglamentación para montar el sistema de inflado, así como uno recorridos de suspensiones y unos neumáticos más grandes que los de sus rivales, en este caso, unos Yokohama Geolandar M/T G003 37X12.50R17.
Estamos por tanto frente a un proyecto que guarda algunas formas respecto al Korando de calle, especialmente el grupo óptico delantero y la calandra (aunque en este caso se ha modificado toda la parte inferior para mejorar el ángulo de ataque). Los dos neumáticos de repuesto que pueden llevar los buggies han sido desplazados a la parte inferior para así bajar el centro de gravedad y centrar los pesos, mientras que el motor cuenta con una gran toma en el techo que revela su particular disposición. El especialista Hella es el encargado de aportar el sistema de iluminación LED adicional, especialmente importante en esta edición si se tiene en cuenta que se espera disputar muchas horas de etapa de noche.
Vía – thebestf1.es